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¿Se encuentra sin poder trabajar debido a una enfermedad o lesión grave? De ser así, es probable que califique para pagos mensuales y seguro médico gratuito de parte del gobierno de Estados Unidos. Le ayudaremos a averiguar qué programa es el adecuado para su usted.
Millones de estadounidenses incapacitados reciben beneficios del Seguro Social. Para los pacientes y sus familias, esta ayuda puede ser vital. Pero no todas las personas con una enfermedad grave califican, y las reglas de elegibilidad del gobierno pueden ser una pesadilla. En Atticus, le ayudamos a superar los obstáculos burocráticos y obtener los beneficios que necesita. Explicaremos qué programas hay disponibles, le ayudaremos a decidir si alguno de ellos se adapta a su caso, y le diremos cómo calificar.
El Seguro por Incapacidad del Seguro Social (“SSDI”, por sus siglas en inglés) y la Seguridad de Ingreso Suplementario (“SSI”) son programas gubernamentales que apoyan a estadounidenses que no pueden trabajar debido a una enfermedad o lesión. Cuando alguien dice que recibe incapacidad o “disability”, normalmente se refiere a beneficios de uno de estos dos programas.
En conjunto estos programas son enormes: aproximadamente 20 millones de estadounidenses reciben algún tipo de beneficio por incapacidad administrado por la Administración del Seguro Social. Aunque ambos programas proporcionan cheques mensuales y seguro médico a adultos incapacitados, difieren los requisitos y el monto de los beneficios. Es posible recibir tanto SSDI como SSI a la vez, pero la mayoría de la gente califica para uno de los dos. Este artículo le ayudará a decidir qué programa es el adecuado para usted, así como qué beneficios podrá obtener.
Tanto SSDI como SSI apoyan a las personas menores de 66 años que no pueden trabajar durante mínimo un año debido a una enfermedad o lesión. Sin embargo, SSDI está diseñado para las personas incapacitadas que hayan trabajado y pagado impuestos durante la mayor parte de su vida (sin importar cuánto dinero tengan actualmente), mientras que SSI está diseñado para las personas incapacitadas que no tengan mucho dinero (sin importar su historial de trabajo).
Para calificar para SSDI o SSI, la Administración de Seguro Social debe determinar que usted está “incapacitado” según sus reglas. Determinarán que está incapacitado si no puede desempeñar un empleo durante mínimo un año debido a su condición médica. Si determinan que está incapacitado, de todas maneras tendrá que reunir los requisitos “no médicos” (también llamados requisitos “técnicos”). Estos requisitos difieren entre los dos programas.
Para calificar para SSDI, usted debe:
Estar “incapacitado” según las reglas del gobierno. El gobierno tiene una definición muy específica de “incapacidad”; se le considerará incapacitado si no puede desempeñar un empleo durante mínimo un año debido a una enfermedad o lesión. Para comprobar que cumple con este requisito, necesitará mucho tratamiento de un médico especialista.
Haber trabajado y pagado impuestos durante años. El gobierno tiene cálculos complicados para determinar si ha trabajado lo suficiente, pero por regla general: si ha trabajado y pagado impuestos mínimo cinco de los últimos diez años, probablemente cumpla con este requisito.
Para calificar para SSI, usted debe:
Estar “incapacitado” según las reglas del gobierno. El gobierno tiene una definición muy específica de “incapacidad”; se le considerará incapacitado si no puede desempeñar un empleo durante mínimo un año debido a una enfermedad o lesión. Para comprobar que cumple con este requisito, necesitará mucho tratamiento de un médico especialista.
Tener muy poco activos. Si usted tiene menos de $2,000 (o $3,000 si es casado), es probable que califique. Para esto deberá contar cualquier dinero que tenga, así como otros activos (como una cuenta de retiro). No se incluyen su hogar, un vehículo, ni algunos otros activos poco comunes.
Tener muy pocos ingresos de cualquier fuente. Cada dólar que ganan usted y su cónyuge reducirá la cantidad que recibirá de SSI. El gobierno cuenta casi cualquier cosa como ingreso, incluyendo apoyo no monetario que esté recibiendo (como si vive con un amigo que no le cobra renta). Como regla general, si no tiene muchos ingresos, y no está recibiendo una gran cantidad de apoyo de parte de otras personas, es probable que califique.
No es fácil calificar para ninguno de los dos programas: el gobierno trata las reclamaciones con sospecha, y rechazan a la mayoría de los solicitantes. Pero si cumple con los criterios que mencionamos más arriba, es probable que pueda obtener beneficios con el apoyo adecuado.
Ambos programas ofrecen un cheque mensual y seguro médico. SSDI proporciona un cheque mensual mayor y beneficios a través de Medicare pero impone un periodo de espera, mientras que SSI proporciona un cheque mensual de menor cantidad y beneficios a través de Medicaid, sin tiempo de espera.
El programa de SSDI proporciona:
Un cheque mensual de entre $500 y $2,900 después de un tiempo de espera. La cantidad exacta depende de cuánto haya pagado de impuestos, y calcular el monto puede ser complicado. Afortunadamente, la página web de la SSA proporciona un estimado del monto que recibiría si le aprobaran los beneficios.
Seguro médico a través de Medicare después de un tiempo de espera. Medicare proporciona un excelente seguro médico para 44 millones de estadounidenses incapacitados y de la tercera edad. Sin embargo, la cobertura de Medicare empieza 29 meses después de la fecha en que determine el gobierno que comenzó su incapacidad.
Otros beneficios. Pagos mayores de jubilación del Seguro Social, ya que el gobierno no contará en su contra los años que no trabaje (cómo lo haría bajo circunstancias normales).
Los beneficios de SSDI están sujetos tanto a pagos retroactivos como a periodos de espera, lo cual puede resultar confuso. Básicamente: si usted presenta la solicitud poco después de haber quedado incapacitado y se le aprueba rápidamente, tendrá que esperar para recibir beneficios. Pero si se incapacitó hace mucho, o si tarda mucho en procesarse su solicitud, tendrá derecho a pagos retroactivos. Cuando mucho, podría recibir pagos por el tiempo que demoró en procesarse su solicitud, más un año antes de que la presentara.
El programa de SSI proporciona:
Un cheque mensual de hasta $750. Si tiene otros ingresos o activos, la SSA reducirá el monto del cheque mensual.
Seguro médico a través de Medicaid. Casi 79 millones de estadounidenses dependen de Medicaid para el seguro médico. En algunos estados, las personas con ingresos limitados también pueden recibir Medicaid sin estar incapacitados.
Empezará a recibir los beneficios de SSI en cuánto se le apruebe (es decir, no hay tiempo de espera). También se le reembolsará por beneficios que debió haber recibido entre el momento en que presentó la solicitud y cuando se le aprobó.
Si usted es elegible para uno o ambos programas, debería presentar una solicitud. Solicitar beneficios es gratis. Podrá mantener su seguro médico, u obtener seguro médico gratuito del gobierno. Es cierto que podría perder otros beneficios, pero solo si recibe más de parte del Seguro Social. Por ejemplo, si recibe $200 en estampillas o cupones de alimento (food stamps), y se le conceden $1,000 en beneficios por incapacidad, podría perder sus cupones de alimento. Pero no recibiría menos dinero cada mes.
Sí. Si usted es elegible para ambos programas, debería solicitar los dos. Al hacer esto, hay dos ventajas:
Podría obtener un mayor monto de pagos mensuales.
Hay periodos de espera para SSDI pero no para SSI. Esto quiere decir que si se le conceden los beneficios de inmediato, es probable que de todos modos tenga que esperar para recibir el primer cheque de SSDI. Si así fuera, recibir un cheque por SSI mientras tanto puede resultar vital.
Debería presentar la solicitud en cuanto le sea evidente que su condición médica durará un año entero y tenga la evidencia para comprobarlo. A veces, eso toma tiempo en averiguarse: es posible que su médico tenga que realizar pruebas e intentar diferentes tipos de tratamientos antes de saber cuánto durará su enfermedad. Otras veces es inmediatamente evidente que la incapacidad será de largo plazo. Una vez que su médico esté bastante seguro de que su enfermedad le impedirá trabajar durante un año completo, no tiene por qué esperar para presentar la solicitud.
Atticus existe para ayudar a la gente a navegar este proceso — por eso lo más fácil es obtener ayuda gratuita adaptada a su situación a través de nuestras herramientas en línea o nuestro personal atento. (La gente nos ama, y no cobramos nada por nuestra asistencia.)
Solicitar beneficios por incapacidad requiere preparación. Se puede obtener una aprobación, pero este sistema hace que el proceso no sea fácil. Por eso vale la pena tomarse el tiempo para entender cómo funciona el proceso.
El primer paso es tomar una decisión: ¿Quiere (a) presentar la solicitud por cuenta propia, o (b) acudir a un profesional para que se encargue de llevar a cabo el proceso? La mayoría de los solicitantes exitosos contratan a un profesional. Pero no todos necesitan hacerlo, y no todos los que quieren pueden hacerlo. Explicaremos ambas opciones para ayudarle a decidir.
El gobierno teme que la gente exagerará sus problemas médicos para obtener dinero regalado. Por eso pone a cada solicitante bajo microscopio. Para ganar, usted tiene que comprobar — sin lugar a dudas — que su condición médica es grave e incapacitante. Hay dos grandes etapas en el proceso, y la mayoría de la gente tendrá que pasar por ambas:
Solicitud inicial: Usted presenta una extensa solicitud escrita, detalles de su historial de trabajo y tratamiento médico, y copias de sus expedientes médicos. Un empleado del gobierno lee su expediente y emite una decisión. (Solamente el 20% de los solicitantes son aprobados en esta etapa; a la gran mayoría se le deniega.)
Apelaciones: Si se le deniega, usted apela la decisión y después de un tiempo asiste a una audiencia con un juez. En la audiencia, le toca presentar evidencia adicional, hablar directamente con el juez, e interrogar a expertos del gobierno. (De las personas que llegan a esta etapa, aproximadamente el 50% ganan el caso. Si pierde, siguen varias etapas más de apelación.)
Desafortunadamente, el proceso lleva tiempo: 3-6 meses para recibir una decisión inicial y 1-2 años (o más) para presentarse a la audiencia. Incluso un pequeño error u omisión (como un médico que no envía un expediente, o una respuesta inadecuada en un formulario) puede retrasar aún más el proceso. Lo bueno es que una vez que se le apruebe – aunque tome mucho tiempo y varias apelaciones – recibirá pagos retroactivos (“back pay”) por el tiempo que debió haber recibido beneficios.
Ya que el proceso es tan complicado, la mayoría de los solicitantes exitosos consiguen un abogado (o un representante no abogado capacitado) para ayudarles. Los abogados juntan los expedientes médicos de uno, llenan la solicitud, le asesoran sobre cómo obtener el tratamiento médico adecuado, envían toda la documentación, y (en caso de ser necesario) argumentan su caso frente a un juez.
Hay dos ventajas principales al contratar un abogado: (1) Se encargan de hacer casi todo el trabajo por usted, y lo llevan de la mano a lo largo del proceso. (2) Aumentan sus posibilidades de ser aprobado. (Los estudios gubernamentales muestran que en la etapa de apelación, los solicitantes con abogado tienen tres veces más probabilidades de calificar.)
La única desventaja es el costo. Los abogados no tienen permitido cobrar ningún honorario por adelantado, así que no importa si usted puede pagar en este momento. Si su abogado gana su caso, él o ella se quedará con el 25% de cualquier pago retroactivo que le haya conseguido. Esto vale la pena para casi todos — solo paga si gana (si pierde, no paga nada), solo paga una vez, y el costo es muy poco en comparación con la cantidad que recibe.
La mayoría de los solicitantes deberían contratar a un abogado u otro profesional. (Hay excepciones — vea, por ejemplo, nuestros artículos sobre la enfermedad de Huntington o cáncer de páncreas.)
¿Por qué? El gobierno trata todas las enfermedades, menos las más graves, con mucho escepticismo. Contar con la asistencia de un experto puede marcar la diferencia. Hay solo unas cuantas situaciones en las que le aconsejaríamos considerar presentar la solicitud por su cuenta:
Si su enfermedad es tan grave que nadie — ni siquiera el juez más desconfiado — podría creer que le sería posible desempeñar un trabajo. (Este es el caso si su enfermedad es terminal, o si tiene limitaciones muy severas a pesar de ver seguido a un especialista, necesita mucha ayuda en la vida cotidiana, y hace años que no trabaja.) Si este es el caso, es probable que pueda ganar beneficios sin abogado, siempre y cuando se sienta cómodo con el papeleo del gobierno (más o menos como la declaración de impuestos) y solicitando expedientes médicos.
Si no consigue que un abogado tome su caso. Lamentablemente, esto puede suceder; si su caso es difícil de ganar, puede resultar difícil encontrar un abogado que lo represente. (¡Aunque recomendamos que intente usar nuestro servicio antes de rendirse!) En este caso, puede presentar la solicitud por su cuenta y volver a intentar conseguir un abogado una vez que reciba una denegación — momento en el que suele ser más fácil. Para más información, lea nuestro artículo completo: How to apply for disability on your own.
Atticus es un nuevo tipo de firma legal que le ayuda a uno a navegar las etapas iniciales de una reclamación de incapacidad. Le ayudamos a escoger la estrategia adecuada, contratar a un abogado, y seguir con su vida. No le cobraremos ni un centavo por nuestros servicios, por lo que no hay costo alguno para usted.
How long has your condition made it hard to work?
Jackie Jakab
Lead Attorney
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